La Casa
     
     En 1665, Pedro Estévez de Puga, que tenía aforados a la  encomienda de Beade, las propiedades de la Almuiña, casado con Francisca  Méndez, funda y queda como patrono de la denominada ”Capilla del Buen Suceso”,  ubicada en la Almuiña de Abajo. En 1678 los herederos de Don Pedro (siete), se  reparten la herencia y uno de ellos Jacinto Estévez de Puga, párroco de Sta Mª  de Arbo, se le asignan los lovios del pumar que se miran desde la Casa Grande,  incluso la bodega vieja de abajo con los resalidos que pertenecen a dichas  casas.
          En un dintel de la puerta interior de la Casa Grande está  grabada una inscripción “JACINTO ESTÉVEZ DE PUGA 1675”, lo que nos dice la  evolución constructiva de la Casa Grande, ubicada en un alto como dominio de  las demás propiedades (ubicación de pazos y casas grandes).
  
    Aparecen dos mayorazgos, el de abajo, que se emparentan con  los Vieytez, de familia hidalga de Sela con casa Solariega, y el de arriba, que  se entroncaron con los Rivera y los Giraldez.
      
    Un Vieytez, Ignacio Vieytez Tapia (1817-1882) magistrado,  presidente de Sala del Tribunal Supremo y Secretario particular de la Reina  Isabel II, adquiere las propiedades de la Almuiña de Arriba en 1869, unificando  de nuevo las dos Almuiñas. En el siglo XIX, sufre una importante reforma, como  galerías, troneras, cúpula y otros elementos, el resto de la obra o sea lo  básico corresponde al siglo XVII.
    El siglo XXI, año 2002, se remozan habitaciones, los  distintos salones, comedores. Sus vistas sobre el padre Miño y Portugal y a las  montañas de San Fins, juntamente con sus hórreos (únicos en la comarca) la  bodega productora de famosos caldos, la finca, de 60.000 m2 dedicada  al viñedo, con sus minas y pozas hacen “disfrutar” en Arbo desde lo moderno hasta  las construcciones de época romana.
    
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